Los telescopios de neutrinos ANTARES y KM3NeT,  detectores gigantescos del tamaño del kilómetro cúbico, sumergidos en el fondo del Mar Mediterráneo a más de 2000 m de profundidad, son capaces de detectar  neutrinos procedentes de los fenómenos más violentos del Universo  sin mirar al cielo, sino mirando hacia el centro de La Tierra.

Utilizar los neutrinos como mensajeros para obtener información sobre el Universo es una idea totalmente novedosa que puede ayudarnos a averiguar el origen de los rayos cósmicos, entender el funcionamiento de las galaxias más lejanas  y encontrar la composición de la materia oscura.

La mayoría de los neutrinos atraviesan La Tierra sin chocar con nada pero cuando lo hacen producen un rastro de luz azul que permite  calcular su dirección. Los telescopios ANTARES y KM3NeT detectan dicha luz,  averiguan su procedencia y pueden obtener así una foto del cielo con neutrinos en lugar de luz.